viernes, 12 de diciembre de 2025

Autopsia de lo que fui

No me hablen de redención.

La luz me ha escupido demasiadas veces

como para creerle otra vez.


He dormido en camas prestadas,

con mujeres que lloraban

después de fingir amor,

mientras yo escribía

con sangre vieja

sobre servilletas mugrientas.


Hay algo hermoso en pudrirse lentamente

cuando ya no se espera nada.

Una flor también se abre en el fango,

pero nadie quiere olerla.


Anoche soñé que vomitaba ángeles,

y que los ángeles me devolvían los ojos,

comidos,

negros,

llenos de promesas que nunca pedí.


Mi madre reza por mí,

y yo maldigo cada palabra

que no se atreve a decirme.

Hay una herida que no cicatriza

porque se alimenta de cada beso que no di.


A veces,

cuando la ciudad duerme,

le hablo a los semáforos,

y ellos me entienden mejor que Dios.


No estoy triste.

Estoy descompuesto.


Y hay belleza en eso,

si sabes mirar sin asco.

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