Te pienso en la sombra,
en el rincón donde el tiempo se pudre lento,
como un verso de Gelman que no encuentra luz,
como un trago amargo que Bukowski escupe al suelo.
Amar duele, y duele como el frío de la ausencia,
como el cigarro que se consume entre dedos temblorosos,
como la voz rota que grita en la noche sin esperanza,
y sin embargo, seguimos aquí, escribiendo el desastre.
Tus ojos son un agujero negro,
un hueco donde se pierde el sol y la sonrisa,
y yo, con la garganta seca,
le canto a ese abismo con palabras sucias y heridas.
No hay redención, solo el polvo en la ventana,
la poesía que sangra y la botella que espera,
porque amarte es un poema sin punto final,
un combate de sombras, un puño que no cede.
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