en la cocina
la luz cae
sobre dos tazas
-las dejo así-
como si fueran
tu mano y la mía
descansando.
el día empieza
sin prisa,
apenas un murmullo
de calles que despiertan.
yo también despierto
cuando recuerdo
tu voz diciendo
"vuelvo pronto"
en el alfeizar
una naranja abierta
brilla como un secreto,
y pienso
que el mundo entero
cabe en estas cosa:
la fruta
el calor que queda
en una silla vacía
te amo así
en el minimo
una palabra doblada
dentro del bolsillo,
la sombra de tu paso
en la puerta,
el silencio que no pesa
cuando estás.
y si la tarde cae
la dejo caer,
tu nombre
hace su propio fuego
y con el basta
para encontrar
mi camino
hacia ti.
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