Y claro
te fuiste
sin cerrar la puerta
como siempre
como si fuera lo mismo entrar que salir
dejaste el café en la mesa
a medio beber
como a mí
a medio querer
el gato te esperó hasta las cinco
y luego se acostó en tu silla
la que aún huele a tu abrigo
ese gris que tanto odiabas
las flores que compraste
se cayeron una por una
como las veces que dijiste
que no te irías
en la radio suena una canción tonta
la misma que bailamos
con torpeza y vino barato
en la cocina
cuando todavía no sabías que ibas a irte
una nota pegada al espejo
no dice nada
como tu última mirada
te llevaste tus libros
pero olvidaste las palabras
y aquí estoy
yo
el que no dice nada
el que se queda
el que no aprende
fumándome los días
como si fueran cartas tuyas
que nunca vas a escribir
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