Toma esto que te doy- le dije
-puedes guardarlo, puedes usarlo
puedes matarlo, puedes cuidarlo
alimentarlo o dejar que muera de hambre
-puedes darle agua o dejar que se seque- le dije
-es tuyo y puedes hacer con el
lo que quieras- agregue
-puedes quemarlo, cortarlo,
romperlo en mil pedazos- le dije
Y ella, sin decir nada, bajo la mirada
- tómalo por favor - le rogue
- yo me iré, lo prometo - le dije
- y no habrá reproches, esta bien - le dije
- no haré de esto una despedida teatral-
- no será un drama- le prometí
- ya no me quieres y esta bien - le dije
- no volverás a verme nena,
- si eso es lo que quieres- le dije
- no volveré, no te preocupes- continue
- solo toma esto- le dije - déjame ver tus manos
- quiero ponerlo ahí, quiero que lo aceptes
- para que pueda irme-
pero ella seguía
sin mirarme. Allí de pie, en silencio
como un maniquí o una lampara
sin luz sin color sin alma
ante su negativa, lo deje sobre el suelo
Y me fui.
Abrí la puerta, cogí la maleta
Y baje las escaleras
por última vez hasta la puerta de salida
un coche me esperaba
miré hacía la ventana y ahí estaba
de pie
-No lo quiero!- gritó
pero ya era demasiado tarde y
me sentía liberado
así que me subí al coche y me aleje
sin mirar atrás.