no había pan
así que cortaste una manzana
en cuatro
con ese cuchillo pequeño
el de la punta rota
la lluvia tocaba la ventana
como si tuviera algo
que decirnos
te vi
descalza
parada junto al horno
mirando el agua hervir
y pensé
esto es
el amor
no la palabra
ni la flor
ni la promesa
sino tú
en la cocina
y yo
callado
sin moverme
para no romper
el momento
porque sí —
era lunes
y dolía
pero tú
seguías ahí
con la manzana
con el café
con esa forma tuya
de quedarte
como si el mundo
fuera un cuarto tibio
y suficiente
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