una vez
pusiste una naranja sobre mi pecho
y dijiste
"si no se cae, es que es domingo"
yo no supe qué responder
así que me convertí en domingo
afuera llovían cucharas
el gato leía en voz baja
una carta que nunca escribimos
a nadie
te fuiste a colgar la ropa
pero colgaste pájaros
en su lugar
las sábanas lloraban de celos
yo me senté
en la silla que flota
porque la que tiene patas
ya no entiende mi peso
y desde ahí
te amé —
como se ama
una palabra inventada
que no rima con nada
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