Esperabamos el tren
fumando
y nos reíamos de la gente
mal vestida y
nos reíamos de nosotros mismos
y luego
ya en el tren, sentados
tu hombro sobre mi hombro
- te amo- te decía
- te amo- respondías y me
besabas.
pero el odio estaba ahí
oculto tras tus ojos
espumando en tu boca
y yo lo presentía
y hubiese sido mejor saberlo
a tener que adivinarlo y pensar
que tal vez estaba loco
porque tu jurabas amarme
y yo sabía que no era cierto
tu mirada cortaba como una hoja bien afilada
te demorabas en otros asuntos
nunca estabas presente.
y empece a odiarte
aunque mi boca decía -te amo-
yo sabía que no era cierto.
el odio se ocultaba en mis ojos
y evitaba mirarte
entonces me fui para no volver
porque era justo para ti
y lo era para mí.
Ahora
espero el tren
y me rio de la gente
y me rio de mi mismo
y luego, ya sentado
sin nadie a mi lado
miro por la ventana
y suspiro aliviado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario