Pájaros secos a pies de los arboles
es una hora cualquiera de un día inacabado
es el pulso ralentizado del que agoniza
la pesadilla apelmazada de huesos en la almohada
morir la muerte de todos sin morir
despertar zamarreado por los recuerdos
dormirse de pena llorando un beso
drogarse para no sentir
improvisar con los pies en el aire
con el reflujo del mercurio en los labios
cuando se nombra la mentira a ciegas
unas pastillas de más así se sube
saltamontes sobre el verde paño bajo un sol eléctrico
piedra tu amor cristal molido en la mirada
no te busco no te quiero no sé mas
no sé nada no soy mas
vengo de lejos y lejos me voy
de donde no se vuelve para no volver
donde no se siente para no sentir
donde no se sueña para no soñar
donde no se ríe para no reír
y no sé mas
y qué perfumado el no saber
adentrarse en el bosque y romper junto con la ola
marea de hojas y pájaros a la deriva
morirse de ausencias
no decir adiós.
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