a menudo las llanuras de tu risa
luminosa hacha gatillo toda de estaño
la perfecta vocal que estalla
derrites mis palabras en preciosas
hamacas
lamparas
resplandores
a menudo
la canción de los incendios
Oh! tan dulcemente cantada por tus ojos
he sido saqueado en sueños
dominado por la noche de los cementerios
parecida y conocida mueca neurasténica
pero tu tan elástica como un telón ardiente
como un tambor caoba
fortaleza de cien palabras bajo la sombra de un olivo.
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